El comienzo del siglo XIX se caracterizó por revolucionarios descubrimientos científicos y técnicos que provocaron enormes cambios en la sociedad y la cultura. En este contexto, el Futurismo operó un cambio radical de perspectiva: sumergiéndose en la realidad, trastocando la relación objeto/sujeto y formulando un conjunto orgánico y multidimensional de propuestas estéticas y formales. En particular, la italianidad del Futurismo se identifica en su difusión capilar en todas las regiones y provincias del país y en su estructura organizativa articulada en torno a las personas de Marinetti y de los diversos oradores de los manifiestos futuristas, casi siempre italianos.
